Maia Nebula!

The world is sick, but my smile is intact.

Tuesday, April 30, 2002

The Lovers that Never Were

I have always needed somebody girl, / But I close the doors to keep out the world. / But for you, I would be here all alone, / Locked in a photograph. / All of the clocks have run down. / Lover beware. / We'll be the lovers that never were. / I hang patiently on every word you send. / Will we ever be much more than just friends? / As for you, you sit there playing this game. / You keep me waiting / When all of the clocks have run down, / All over the world. / We'll be the lovers that never were. /For as long as the sun shines in somebody's eyes, / I believe in you baby, so don't tell me lies. / For as long as the trees throw down blossoms and leaves, / I know there will be a parade of unpainted dreams. / And I know dear, how much it's going to hurt / If you still refuse to let your hands dirty. / So you, you must tell me something... I love you, / Say goodbye or anything. / All of the clocks have run down. / Time's at an end. / If we can't be lovers we'll never be friends. / For as long as the sun shines in somebody's eyes, / I believe in you baby, so don't tell me lies, / For as long as the trees throw down blossoms and leaves, / I know there will be a parade of unpainted dreams.

Pasa lo que debe.

Estoy escuchando: The Lovers that Never Were, de Paul McCartney
Me siento: Muerta.

Réquiem por un día soleado

Extraño los días soleados. Extraño los días en que podía salir sin saco y en sandalias, cuando el gabán blanco y la bufanda no eran requerimientos. Extraño poder decir "tengo calor" en vez de "qué frío hace". Extraño el azul del cielo, el azul que tímidamente se asoma sobre los cerros, observa las calles encharcadas y se vuelve a cobijar con pesadas nubes grises. Ahora uso hasta las chaquetas de Soad, no sé cuál de mis pantalones es más abrigado, los días parecen noches... Bogotá está muy fría para mi gusto, soy friolenta, y aunque diga que prefiero el frío al calor, lo que prefiero es el calor entre el frío. Prefiero andar en el fresco calor bogotano. Cada mañana, antes de bañarme, dirijo mi mirada al cielo a través de la ventanita de la ducha, y el día que se despierta es gris, gris, gris. De nuevo. Diviso los cerros encapotados: el panorama no es nada prometedor en el nororiente. El frío me carcome. Sé que de quitarme la chaqueta no moriría de muerte blanca, pero me daría una hermosa gripa que me dejaría sin voz y con mucha tos.

De noche escucho la lluvia colarse entre las canales y deslizarse por las bajantes. Me agrada ese sonido. Mi cuarto se siente más frío que los demás y si no he dormido mucho, lo más probable es que la sangre haya huido de mis pies, blancos y gélidos. Me pregunto si la temperatura de mis pies en aquellas noches es la misma temperatura de los muertos. Es la misma temperatura que toman mis manos cuando estoy demasiado tiempo en el computador, y no puedo controlarla. Soplo mis manos, toco con ellas mi cuello tibio, mi espalda, y al roce ellos también se congelan. No desespero, pero la sensación no es la mejor del mundo.

Muchas cosas memorables me han sucedido en medio del más intenso frío, ¿por qué añorar el calor? No lo sé, sigo prefiriendo el sol, el azul, los atardeceres anaranjados y rosas, las noches estrelladas. ¿Qué pasa con las estrellas? Mis Pléyades ya debieron haberse perdido entre la trayectoria del planeta Tierra, pero quiero ver a su reemplazo. Quiero recordar las noches de diciembre con sus Novenas al aire libre y Tauro, Orión, el Can Mayor y la Liebre vigilantes. Quiero cantar February Stars, de Foo Fighters, y que tenga sentido. Pero no hay caso. Esto no es ni diciembre ni febrero. Y si quiero volver a despertar al ardiente sol, queda aún algo de tiempo por esperar, porque eso es lo único que se puede hacer. Esperar.

Abril, lluvias mil.

Estoy escuchando: It's Raining Men, de Geri Halliwell
Me siento: Pensativa/Meditabunda

Sunday, April 28, 2002

Una hipotenusa siempre es más corta que dos catetos

Cada vez que camino recuerdo muchas cosas. Se me vienen a la mente las memorias de mi infancia, de mi pasado cuando no existían programas tan sosos y destructivos como Barney o Teletubbies, cuando todos los niños aprendíamos tarde o temprano el coro de Yellow Submarine y conocíamos toda la letra de La Bamba. Era la época en que uno repetía algo y se le había "rayado el disco", la época en que de tanto escuchar a las Flans y a Los Prisioneros, en efecto, se rayaban los discos. Tenía yo, y aún tengo, un disquito de acetato que me regalaron en la Pizza Nostra (¿recuerdan los cumpleaños en la Pizza Nostra?) donde venía una canción de Los Prisioneros que me fascinaba. ¿Muevan las industrias, era? Sí, ésa. No sé qué tenía el rock en español que me encantaba. La canción de Pa-pa-pa (o como se llame) fue mi favorita durante un tiempo. También me mataba la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart y, tiempo después, Carmen de Bizet. Bailaba la música de las Flans y soñaba que Tía Margui me regalaba todos sus discos. Mamita ponía discos de Lionel Richie, Richie Ray y Bobby Cruz, El Binomio de Oro (si no menciono al Binomio de Oro con Rafael Orozco soy una desalmada sin infancia en la Familia Amín), y Stars on 45 (y con esto ya no pregunten por qué me gusta la música de los 70 combinada con The Beatles).

Veía los Pequeños Ponies que me caían tan mal, los Gummi Bears que eran mejores, Cosmos con Carl Sagan (todavía me extasía ese episodio de la evolución de las especies), Plaza Sésamo y el inolvidable Tesoro del Saber ("en los libros hallarás..."). Ah, y McGyver y Misión Imposible y el Chapulín Colorado y Los Magníficos y El Chavo y Chespirito y Capulina y los Transformers y las Tortugas Ninja y los Thundercats y Remington Steel y Chee-ra y He-Man y Don Quijote y El Inspector Gadget y Magnum y La Pequeña Maravilla y Lobo del Aire y Riptide. Sí, señores, yo sí vi televisión alguna vez en la vida. Ya no vale la pena.

Jugaba con muñecos de peluche, me creía Cheetara (de los Thundercats), tenía novios imaginarios de los dibujos animados (no voy a profundizar en el tema) y dibujaba, dibujaba y dibujaba. las Barbies me parecían creídas y me caían mal (hice un poema en su contra, pero lo perdí). Cantaba la canción de La isla de Gilligan, Quiéreme de Ángela Carrasco y Eres Tú de Mocedades (versión original sólo he oído de La isla de Gilligan) al compás de la guitarra de Tía Margui, bailaba Conga de Miami Sound Machine en las playas de San Andrés (tenía dos años) y me aprendía el poema A Margarita Debayle, de Rubén Darío. Épocas inocentes y felices.

Aún soy feliz. Como presagio de mi miopía, usaba gafas sin lentes. Tomaba Asawin para la fiebre. Me ponía carteras. Iba a consultas a la Clínica Colsubsidio, paseaba por Chapinero con mi mamá, me disfrazaba de hada madrina. Comía en Burger King y tenía el álbum de ciclismo y el de los Care Bears de Sorbete El Rodeo. Tomaba Sustagen. Me ponían mil camisetas debajo de la ropa para no enfermarme. Iba a hacer mercado con mi mamá a Álamos Norte en los camiones de Colsubsidio que se parqueaban donde ahora pasa el alimentador raudo. Amaba ir a Colsubsidio de la 26 y a Piscilago (sí, tengo una infancia Colsubsidio, jajaja).

La pequeña Soad Acosta me llamaba Acm, y aún lo hace. Yo la llamaba Nenu, y aún lo hago. No fui al jardín. Estudié los primeros dos años en el Bethlemitas, donde no me trataron bien por saber más que las demás niñas. Creo que no les caía bien a esas chiquitas, pero nunca me importó. Llevaba el almuerzo en la lonchera que todavía uso ocasionalmente. No bailaba en clase de baile. No me dieron diploma en la clausura porque no había hecho ningún esfuerzo en el año ("da risa ver cómo se sabe todo..." recuerdan mis padres de labios de la directora de grupo). Huí de clase el Miércoles de Ceniza por miedo a esa cosa negra que llevaban en un bol de vidrio.

Seguiría el recuento detalladamente hasta el día de hoy, pero debo dormir. Esos son aproximadamente los primeros cuatro años de mi vida, y recuerdos aún tengo que no escribí. Vienen cuando camino y de repente me interrumpo al cruzar un parque en vez de darle la vuelta, porque como sabiamente dijo María Isabel Fornaguera después de dictar su clase de Geometría una tarde en noveno, cuando Lina Franco, Andrea García y yo íbamos a rodear el parqueadero en vez de cruzarlo diagonalmente, "una hipotenusa siempre es más corta que dos catetos".

Y así, entre risas, las cuatro llegamos más rápido al otro lado.

Estoy escuchando: Too Much, de Spice Girls
Me siento: Nostálgica

Saturday, April 27, 2002

Hoku

¡SOY UNA ESTRELLA Y ESTOY EN LO MÁS ALTO DEL FIRMAMENTO!

Lo que sucedió anoche fue totalmente fantástico. Empezó la canción, encendí el micrófono inalámbrico, salí de entre el telón bailando (no se imaginen la garota do carnaval, por favor... más bien a Nelly Furtado) y canté como toda una profesional. En serio. Me sentí realizada... Esos compases de Aquarela do Brasil quedaron marcados en mi alma. No sé qué es más emocionante, que mis escritos sean conocidos por el mundo o que el mundo escuche mi música. Lo único que sé es que todo apunta a algo muy bueno, no, algo excelente, fantástico, increíble. No importan los malos ratos del pasado... El futuro es enteramente prometedor.

Estoy escuchando: Monkberry Moon Delight, de Paul McCartney
Me siento: ¡¡¡Feliz, feliz, FELIZ!!!/Emocionada

Mariposa, Butterfly, Papillon, Borboleta, Farfalla, Schmetterling, Pulelehua!

Me pregunto adónde van todas las palabras dulces después de ser dichas. Deben volar como mariposas hacia el infinito, porque nunca se ha visto una que vuelva, o sí pero muy de vez en cuando, como insecto que por accidente retorna a su punto de partida. Existe un negocio lo más de raro en Estados Unidos, una cría de mariposas para soltar a la salida de las iglesias en matrimonios en vez de cubrir a los novios de arroz. Debe ser muy romántico, uno todo rodeado de butterflies al salir con el amor de la vida por la puerta grande. Y sería muy chistoso si en vez de mariposas se equivocaran y pusieran ¡polillas! No, no, no, terrible.

La palabra mariposa en sí es muy bonita. El orden de los idiomas en los que escribí la palabra en el título son español, inglés, francés, portugués, italiano, alemán y hawaiiano. Esta vez sí lo digo, porque con mano no lo hice. Aunque si quieren se los digo... Mano está en español, inglés, francés, portugués, catalán, chino y coreano. Lo siento mucho si algunos no pueden ver las letras chinas y coranas, pero yo aprovecho que instalé compatibilidad con todos los idiomas en mi compu.

Pues sí que eso les cuento, casi que llorando. Las mariposas de palabras dulces me rozan el rostro y se posan sobre mi nariz, pero pronto se van. Quedo tan sólo con el recuerdo del fantástico momento —fantástico no como bonito sino como de fantasía, algo que muy seguramente es producto de mi imaginación, qué tristeza— y cuando busco las mariposas, éstas ya se han convertido en polillas dispuestas a corroerme como ácido. ¿Saben qué voy a hacer? Voy a comprarme un buen insecticida y voy a destruir las siguientes mariposas que se me acerquen porque son portadoras de la mala suerte. Sí, señores, ¡de la mala suerte! Las últimas mariposas que me acariciaron dulcemente se convirtieron en apestosas polillas y rayos, no me dejan en paz. Zumban como los moscardones de los sueños, ¡y hasta peor! No, no, no, no estoy dispuesta a aceptar eso una vez más. No más. No más. NO MÁS.

As borboletas são muito belas; não obstante, fazem muito dano.

Estoy escuchando: Mamma, de Spice Girls
Me siento: Tranquila

Friday, April 26, 2002

If You Fall

If you fall,

I'll pick you up,

Heal your wounds,

Wipe your tears dry...

And you'll thank

Another soul

Who was only

Passing by.


Estoy escuchando: Seven Caged Tigers, de Stone Temple Pilots
Me siento: All messed up!

Thursday, April 25, 2002

Le fabuleux destin d'Amélie Poulain

¿Qué le pasa al mundo que todos sus habitantes están estresados? ¿Qué hay de aquellos días en que yo los saludaba y me sonreían amablemente? Ahora debo aguantar suspiros exhaustos, caras largas, malas noticias, exclamaciones de un poco más de 120 dB, los que no están furiosos están tristes, Mein Gott, ¿qué pasa? Las fuerzas malignas del universo se han combinado estos días para hacernos la vida imposible a todos. ¿Y dónde me encuentro yo? Aquí, escribiendo entre la medianoche y el amanecer, aburridísima. No estoy para obsesionarme con trabajos que no funcionan o ensayos que faltan o quién sabe qué otra cantidad de cosas. Dentro de varias horas tengo una presentación de coro y banda. Espero que me vaya bien. Agh, no sé qué pensar de todo esto. Tengo bien el proyecto de Inglés and that's all what matters. Quisiera que todo el mundo volviera a ser feliz... Quisiera que todas aquellas personas a quienes he visto tristes o furiosas (o las dos) retornaran a las sonrisas que a mí misma me han sacado de algunos agujeros.

¿Podré ejercer la labor de Amélie Poulain, trayendo felicidad a todas las personas que me rodean? Créanme, es lo que más deseo en este momento. Así, de paso, conseguiré como pago un par de sonrisas que ampliarán la mía propia.

Estoy escuchando: Steal Your Love Away, de Gemini
Me siento: Aburrida/Algo disgustada/¿Sedada?

Wednesday, April 24, 2002

Engel gegen Teufel

El tema que trataré en esta ocasión gira en torno a una palabra que me gusta mucho aunque el hecho en sí no me simpatiza tanto: la ambivalencia.

La ambivalencia consiste en dos tendencias o impulsos, generlamente opuestos, combinados (el lego tiene derecho a ser ilustrado). Por lo general aprece en situaciones extremas de la vida, como en el querer. Se quiere y no se quiere, se quiere pero..., se quiere a una persona y se quiere a otra, bueno, un sinfín de casos que no hacen sino agravar la tensión de querer en sí. Nelly Furtado interpreta una canción llamada Hey, Man!, que termina con las líneas "and I don't want ambivalence, no I don't want ambivalence no more". Eso es exactamente lo que necesita el mundo, acabar con la ambivalencia. Las personas que se contradicen hacen que los demás terminen contradiciéndose o destruyéndolos o quién sabe qué otro montón de cosas.

No me gusta cuando la ambivalencia de alguien me afecta directamente a mí, aunque confieso que en ocasiones yo misma soy así. El angelito y el diablito que me fueron asignados se sientan en mis hombros y empiezan una discusión acalorada que debo escuchar de principio a fin. No es divertido. Lo peor de todo es cuando mis personas especiales empiezan a sentir a sus angelitos sentarse a un lado, a la espera de su contendor. ¿Y sobre qué discuten estos ángeles y diablos? ¡Sobre mí! Claro, los dueños de estos seres celestiales/infernales empiezan a marearse con los largos discursos y se desahogan actuando de manera extraña. Ah, claro, de ahí vienen los trocitos de felicidad triturados y barridos; la persona se cansa tanto de oír al ángel y al diablo contradecirse mientras comparte las opiniones de los dos que resuelve aproximarse hacia mí, arrebatarme el caleidoscopio mágico y pisotearlo. ¿Recibo yo alguna explicación? Ojalá fuera así. Lo único que puedo hacer es recoger los trozos remanentes y guardarlos para jugar al rompecabezas en mis ratos de ocio. Les cuento que mi colección de fragmentos de caleidoscopios va en aumento.

Voy a tener que organizar una encuesta a cada persona especial con una advertencia:

No responder en presencia de ángeles o diablos personales.


La pregunta iría así:

¿Qué siente usted por mí exactamente?


Como la ambivalencia bloquea la mente, ayudaré con unas gentiles opciones:

a) la odio —somos enemigos


b) me simpatiza —somos amigos


c) la adoro —somos más que amigos


¡Y no se pueden marcar dos opciones, ambivalentes! Esos angelitos y diablitos sí que causan estragos...

Estoy escuchando: Barcelona, de Jewel
Me siento: ¿Ambivalente?

Monday, April 22, 2002

Mano, Hand, Main, Mão, Mà, 手, 손...

A veces soy definitivamente insoportable. Me pregunto cómo hace Carlos Márquez para no decirme todavía que me vaya a freír espárragos. La verdad es que sería bastante doloroso si eso realmente llegara a pasar, pero, ¿qué me garantiza que no sucederá, con lo antipática que soy? No le hablo, hago mala cara, miro hacia otro lado cuando debería centrar mi atención en él, en fin, me comporto como lo peor sobre la faz de la Tierra. Sin embargo, detrás del silencio y el pésimo comportamiento, de las caras largas y el constante "no, nada" como respuesta a todas sus preguntas, existe algo que él definitivamente no sabe. Algo que yo quisiera gritar cada vez que estoy con él pero simplemente no puedo por físico miedo. Es tal vez por este pequeño hecho que me escondo en un aparente aunque involuntario mal genio.

Se trata, simplemente, de su mano. Su pequeña y delgada mano. (Me da pena seguir... voy a dar muchos rodeos.) Del latín manus, es la extremidad que él tanto insiste en refugiar en su bolsillo. Tiene un lunar en la derecha, como un espejo del que yo tengo en la mano izquierda. Curioso, ¿verdad? Y hoy no estoy diciendo nada filosófico... No, hoy no tengo ánimo para filosofar. No tengo ni las palabras para hacerlo. Me siento como si estuviera hablando ante un gran público sobre mis más recónditos pensamientos, y me da una pena inmensa. Es como llamar a un teléfono equivocado, como timbrar en la casa que no es... Y es que es justamente ésa la sensación que tengo cuando quisiera decir lo que aún no he sido capaz de escribir. Me da la impresión de que, como en el prom, él va a hacer cara de "eres un desastre, me da pena estar sentado a tu lado, ¡ni se te ocurra tocarme!". Por eso es que desde ese entonces no me he sentido con fuerzas para decirlo, o para tomar cierta iniciativa en aquello a lo que tanto temo. Y es ésa la razón para escribirlo. Puede que él lo vea después...

...Y llevo dos párrafos de perorata sin haber acertado a decirlo. Caray, ni que fuera una propuesta de matrimonio. No lo es, pero de ahí deriva un trocito de mi felicidad. ¡Claro! Justo una partícula del caleidoscopio que me permite ver el mundo de mil fantásticos colores, como mencioné en otra ocasión. Se trata de una mano, de una pequeña y delgada mano, una mano que yo desearía con toda el alma que tomara la mía, infundiéndome la partícula faltante de alegría y haciéndome olvidar cada horripilante problema de este planeta. Les aseguro que esa mano tiene la virtud de borrar toda la miseria contenida en una mente. ¡Y no lo sabe! Caray, ¿por qué no lo ha vuelto a hacer? ¿Por qué no me ha vuelto a hacer sentir tan cercana a él de esa manera? La escena del prom me traumatizó un poco, si es que ésa es la palabra correcta. Traumatizó. No sé si haya sido así de grave, pero al menos si me marcó con un miedo que, como una voz del infinito, me gritó "¡No vuelvas a intentarlo! Deja el hermoso pasado a un lado y vuelve a esa lejanía habitual. La sensación de bienestar no puede durar demasiado. Esa mano no volverá a reposar en la tuya. Ahora estás condenada".

Obedecí. Obedecí como criatura inconsciente al imponente miedo, pero el anhelo de recuperar la sonrisa perdida fue un poco más fuerte que yo y se manifestó en forma del desagradable silencio que lo espantó. Luchaba por reprimir todo lo que estaba bullendo dentro de mí, pero el vapor de la furia ejerció una presión tremenda hasta encontrar un resquicio por donde salir y transformarme. Ahora, envenenada por ese mismo vapor, enloquecida por las vueltas que me ha dado esta vida, he escrito líneas y líneas sin sentido.

Estoy escuchando: The Greatest View, de Silverchair
Me siento: Alienada

Saturday, April 13, 2002

Cauchemar

No entiendo el propósito de la vida para conmigo. En el momento en el que parece que he encontrado ese pedacito de felicidad que actúa como un caleidoscopio lleno de miles de hermosos colores y que hace verlo todo supremamente vivo, algo llega, toma mi corazón, arranca el trozo y lo estruja sin hacer el menor ruido, algo así como Lord Farquaad deshaciendo la pierna del Hombrecito de Jengibre... Y una vez más he de esperar a aquella famosa, pequeña y ausente parte de la felicidad. Resignarse es fácil, las heridas sanan, pero ¿puede la piel soportar tantos maltratos? Y peor aún, ¿puede el alma? Ya me siento débil, he soñado demasiado, ce monde n'est pas un rêve, Amélie! C'est un cauchemar... y despertar es doloroso, porque el sueño ha querido acercarse a la realidad, como lo hacen todos los sueños fuertes.

(Si nunca se le hubiera ofrecido una esperanza, el sueño habría muerto solo, de inanición. Sin embargo, alguien lo alimentó un par de veces, lo fortaleció, y eso lo hace ya difícil de matar.)

Lo único que sé en este momento es que el patrón se repite y se repite, y que todo lo que en algún momento brilla y despide visos de colores siempre recibe salpicaduras de lodo. Veamos cómo podré sacar las manchas... si es que acaso eso es posible.

Estoy escuchando: Just Perfect, de Tracy Bonham
Me siento: Tan, pero tan triste...

Monday, April 08, 2002

Kisses Like Cherries

Es increíble lo dichoso que puede sentirse uno en un momento dado. Dido tiene razón en su canción Thank You cuando dice "just to be with you is having the best day of my life". Mi vida está pasando por etapas increíbles, cambios que si bien no son notorios, para mí son radicales. Encuentro un brillo escondido a la amistad, un gusto dulce y especiado al amor, un enceguecedor azul al cielo. ¿Que si soy feliz? Siempre lo he sido, sólo que esta vez lo siento de una nueva manera que no puede pasar desapercibida.

Ahora, on to another subject: Los sueños. Los sueños son como moscardones verdes irisados, de esos que aparecen de la nada y nos rondan durante largo tiempo, haciendo mucho ruido, desconcentrándonos, barriendo el aire con sus alitas venosas. Por más de que nos perturben e impidan que durmamos tranquilamente, no somos capaces de deshacernos de ellos precisamente porque su vuelo trae algo de la vaga esperanza de que aterricen y se conviertan en realidades. Sin embargo, a veces comienzan a volar más y más rápido, tornándose menos accequibles y más molestos. Es entonces cuando aparecen ciertos necesarios momentos de la vida en los que, después de meditar mucho al son del revolotear de los sueños, se decide matarlos. La decisión duele, claro que duele, toma tiempo, se evalúa y se reevalúa, se le dan plazos, pero hay que ser decididos. Se toma el matamoscas de la ineludible realidad y ¡Platch! Lo único que queda del sueño es un charquito de materia pegajosa. El silencio de la sosegada realidad es el consuelo para la pérdida de algo tan fastidioso como preciado. No obstante, si al lado del cadáver se instala un recién aterrizado sueño realizado, la felicidad es tal que no cabemos en nosotros mismos, y una sonrisa se esboza en nuestros labios mientras pasamos un trapo húmedo sobre el piso manchado.

Estoy escuchando: ...On the Radio, de Nelly Furtado
Me siento: Supremamente feliz/A la expectativa

Thursday, April 04, 2002

Todo lo que hago está mal

Admito que esto no es una idea original mía, aunque yo llevo un diario formalmente desde que volví de Minnesota. No entiendo por qué mantengo el gusto por el hecho de que la gente sepa lo que digo, pienso, siento y hago pese a que siempre terminan burlándose de ello. Tal vez de eso se trata la vida de un artista. Exhibe su alma disfrazada de colores, de letras o de música, inclusive de hierro forjado, y la gente se para frente a todo ello y critica. No importa de dónde salió todo aquello, criticar es lo más divertido que encuentra la gente, y mejor aún si se trata de los sentimientos de uno. Siempre son ridículos, uno siempre la embarró, muy mal, muy mal, cómo fuiste capaz de..., pero si él es un idiota..., tú sí..., me aburre eso. No, no me aburre, me exaspera. Yo cuento mi vida, pero con la condición de que nadie me la toque. Señalar un posible camino está bien, pero de ahí a que me paren en él y me digan "camine por ahí" hay un largo, largo trecho. Ah, y menos si muy sutilmente sugieren con sus veredictos que todo lo que hago está mal.

Ahora explicaré de dónde surgió esta página, cuya dirección empezó albergando un humilde índice de páginas de The Beatles que fue destruido cruelmente por Angelfire. ¡Era mi primera página Web! How rude! Bueno, lo que sucede es que hace unas semanas supe que Kenneth Wolf tiene un diario en una página de diarios a la cual quise inscribirme pero no pude porque necesitaba una contraseña que Kenneth, naturalmente, no me daría. Y el diario de él crece, crece lentamente, y yo pensando "¿cómo rayos malintencionados voy a conseguir un diario así? yo también quiero escribir pensamientos interesantes para el resto de la humanidad". Pues bien, Laura Acosta no se vara y así llegué a la idea de ir copiando el formato de lo que Kenneth tiene pero en FrontPage y en mi propia dirección. ¿Las ventajas? Queda tal como la deseo (y en la sección de cómo me siento no sale un osito gay saltando, aunque si yo lo quisiera lo agregaría).

Aún faltan muchas mejoras, no sé si dejaré este primer boceto de entrada de diario... es un día poco propicio para iniciar uno, jueves, cuatro, nada comienza en este momento, tal vez lo único que está comenzando es justamente el día de hoy.


Estoy escuchando: Uninvited, de Alanis Morissette
Me siento: Decepcionada/Resignada/Algo esperanzada